
María José Esteban Kother
María José Esteban Kother, Ingeniero Civil Químico UdeC – Premio Universidad y Colegio de Ingenieros, generación 1997- lidera actualmente el área de Ingeniería de Procesos y de Desarrollo de Productos de Petroquim, empresa a la que entró hace 17 años y donde ha logrado varios hitos personales y profesionales.
Su vida laboral partió en Pares & Álvarez, donde se desempeñó por 6 meses para luego ingresar a Petroquim, única empresa productora de polipropileno en Chile (un termoplástico que es obtenido por la polimerización del propileno, subproducto gaseoso de la refinación del petróleo). En la empresa, María José ha impulsado una serie de acciones tendientes a mejorar el desempeño de la compañía. Sin duda, desafíos profesionales claves, pero que ella prefiere explicar, en primer término, como desafíos personales.
“Uno, como mujer, se pone una meta demasiado alta para validarse y poder demostrarle al resto de tus colegas que eres uno más, y a veces, con más y mejores capacidades. Es muy probable que sea una auto imposición, que ni siquiera el medio te lo imponga, sin embargo por un tema cultural uno carga con esa mochila”, explicó María José, quien con ello logró las bases para enfrentar los otros desafíos. ¿Cuáles? Nada menos que formar el área de Ingeniería de Procesos en Petroquim (2007 – 2009), inexistente hasta ese entonces.
¿Cómo se llega a formar una nueva área? María José Esteban contó que durante los primeros años estuvo abocada a apoyar la operación de la planta, y una vez que el área de Producción fue cada vez más autosuficiente y conocían en detalle todo el proceso, se dedicó a apoyar a la Gerencia en búsqueda y evaluación de nuevos proyectos. “Entonces fue ahí cuando se decidió, junto a la Gerencia de Planta, formar el área de Ingeniería de Procesos, con el objetivo de dar el soporte de optimización de procesos, ejecutar estudios de Ingeniería, desarrollar Ingenierías Básicas y realizar evaluaciones técnico-económicas de proyectos de cualquier índole para la organización”, explicó la líder, quien tiene a su cargo otros dos ingenieros, de especialidad civil químico.
Después de eso, ha debido enfrentar desafíos puntuales dentro de la organización, como por ejemplo, ser parte del Equipo de Nuevos Negocios (2010 – 2012) con el objetivo de buscar nuevos modelos de negocios que promovieran el crecimiento y competitividad de Petroquim. Esto la llevó a liderar el proyecto de gestión de la innovación, proyecto con fondos CORFO que duró 2 años (2012-2014) y que movilizó a todo el personal de Petroquim hasta el Gerente General, incorporando actividades de co-innovación con clientes y red de valor externa. Su último reto, hasta ahora, fue el año 2015, cuando se le propone hacerse cargo, en forma adicional, del área de Diseño y Desarrollo de Productos.
Recuerdos universitarios
Nacida hace 42 años en Concepción, María José comenta que siempre le gustaron las matemáticas y ciencias, pero se decidió por Ingeniería Civil Química por ser la mejor de Chile. “Los ramos que más me gustaron fueron el de reactores con el profesor Julio Méndez, y Dinámica y Control, con Edgardo Canales y Diógenes Melo. Recuerdo con absoluta admiración a nuestro querido profesor Hugo Segura. Su capacidad intelectual era excepcional, estaba a otro nivel, sin embargo lograba bajar esos conceptos tan complejos de entender en ejemplos simples y prácticos”, explicó.
¿Cuál es el mejor recuerdo de su vida universitaria?
“El grupo humano que se formaba en Ingeniería Química. Uno sentía en el Departamento de Ingeniería Química una familia, partiendo desde la secretaria, Sra. Helga, quien estaba siempre dispuesta a acogerte. Los profesores, independiente de que tuvieran afinidad, siempre te apoyaban. Y a mí tocó una generación muy unida, desde el punto de vista de personas. Mis mejores años fueron los últimos dos, cuando formamos el grupo de proyecto. Mi casa era la sede, amanecíamos haciendo trabajos, pero a su vez lo pasábamos muy bien”, contó la penquista.
¿Qué destacarías de la Facultad de Ingeniería UdeC?
“Aunque no conozco en detalle todas las áreas, la fortaleza es claramente la calidad de los ingenieros que egresan. Ahora bien, hay un tema generacional que nos está complicando a nivel país, pero destaco en Ingeniería Química, Mecánica, Electrónica, Metalúrgica, su muy buen nivel académico. Creo que lo que más ha ayudado en eso, al menos en Ingeniería Química, es la infraestructura que existe en la FI”, explicó María José Esteban, quien reitera la importancia de contar con buenos laboratorios. “Cuando he tenido contacto con Ingenieros de otras universidades te das cuenta que son ingenieros de oficina o – a lo más – de simulaciones, no de fierros, ese es el sello que caracteriza a la Facultad de Ingeniería acá. Se necesitan ingenieros que se metan en la planta y entiendan lo que está pasando en ella”, puntualizó.
La infraestructura en laboratorios no sólo colabora con una mejor investigación, sino que también se aplica en la formación básica sólida que permite a los estudiantes de ingeniería tener un contacto más real con equipos. “La otra ventaja es que estamos en una región industrial, y de alguna manera, la Facultad de Ingeniería tiene la obligación de mantener ese nexo y de hecho mejorarlo”, puntualizó.
Mujeres en Ingeniería
Respecto a mujeres en ingeniería, María José opina que las facultades tienen que promover sus carreras, independiente del género, porque la decisión final va por los intereses que tenga cada persona. “Eso sí, puede facilitar a que nosotras optemos por una ingeniería cuando vemos que en la práctica el campo laboral te acepta. Creo que si la Facultad de Ingeniería quiere promover el ingreso de mujeres a las carreras debe mostrar casos reales dónde ellas podrán trabajar. En nuestra región existen cada vez más mujeres ingenieras, con destacados desempeños tanto en la industria como en el sector público y académico, que pueden ser excelentes ejemplos para demostrarles que hay oportunidades”.
Una de las ventajas de las mujeres en ingeniería es su capacidad de integración. “En mi caso, como ingeniera de procesos, siempre digo que no somos dueños de nada. Cuando quiero hacer una mejora en el proceso, tengo, en primer lugar, que convencer y sumar al carro al dueño del área, luego al área de mantención, quienes implementaran la mejora. Tenemos esa capacidad de generar confianza y así unir fuerzas. Hay hombres que también lo tienen y lo hacen súper bien como líderes, pero el hombre tiene una forma más autoritaria, en cambio la mujer logra los objetivos en equipo”.
¿Cuáles son los desafíos para la FI UdeC?
“Una de las cosas que siempre pesa a nivel de ingeniero es el tema de las habilidades blandas. Es un desafío para cualquier ingeniería, la capacidad y calidad técnica no es suficiente a la hora de incorporarte al mundo laboral. Las principales dificultades muchas veces están en el relacionamiento con otras personas, más que en lo técnico. Las empresas han tenido que hacerse cargo de esta debilidad, por ejemplo, en Petroquim se han invertido muchos recursos en desarrollo de personas, para que aprendamos a trabajar realmente en equipo, a gestionar personas, a comunicarnos de forma efectiva. El ingeniero no es un profesional que trabaja solo, al contrario, se desempeña en un medio con personas. A veces te encuentras con jóvenes que no saben trabajar con otro o son poco empáticos en el trato con personas de menor calificación profesional”.
Y un segundo desafío – comentó María José Esteban – es buscar los mecanismos de mayor integración entre las universidades y las reales necesidades del sector productivo. “Entiendo que la universidades tienen indicadores que tributan, principalmente, para la investigación y docencia, pero si se logra en el futuro que los indicadores sean palpables en mejores beneficios para la industria, a través de investigación aplicada y transferida, o por qué no, a través de indicadores de aumento de Productividad de la Región o del País, sería un tremendo avance ”, expresó esta destacada ingeniera, quien tiene tres hijos, Catalina de 17 años; Sofía de 14 años; y Tomás de 10 años.