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Lorena Ortiz | Facultad de Ingeniería UdeC
MUJERES DESTACADAS 100 AÑOS

Lorena Ortiz

Ingeniera Civil
Encargada de Aseguramiento de Calidad de Obra en Claro Vicuña Valenzuela

Con una gran trayectoria por la industria de la construcción, Lorena Ortiz (39) ha sabido crearse un espacio en un rubro mayoritariamente masculino donde ha destacado gracias a su profesión y a sus cualidades personales. Reconoce no haber tenido ningún referente que la encaminara por el camino de la ingeniería, pero fue valiente y siguió su instinto lógico que la llevó hasta donde está hoy; y a ser una de las #100IngenierasDestacadas de la Facultad de Ingeniería UdeC.

¿Qué especialidad estudiaste y en qué año ingresaste a estudiar?
Ingeniería Civil, después de un fallido paso por Arquitectura, entré a Ingeniería Plan Común el año 1998.

¿Realizaste estudios de postgrado?, ¿dónde y cuándo?
Hice un Magíster en Gestión Integrada: Medio Ambiente, Riesgos Laborales y Responsabilidad Social Empresarial, durante los años 2012 y 2013, en el EULA de la Universidad de Concepción.

Resumen de tu trayectoria laboral a la fecha y cargo actual.
Mi primer trabajo fue en una constructora chica y lo conseguí por una ex compañera. Aún no me titulaba, pero ya tenía lista la memoria de título y sólo me faltaba la fecha, así que apuré a mi profesor para presentarla luego. Eso fue el año 2008, y sin querer queriendo, entré al rubro de la construcción. Pasé por la constructora Aitué creando e implementando el Sistema de Gestión de Calidad de la empresa, hice algunos cursos de auditoría interna, luego el Magíster y de a poco me fui introduciendo en Calidad de Obra y Gestión Integrada. Actualmente trabajo en Claro Vicuña Valenzuela y dentro de esta empresa me he dedicado a estudios de propuestas relacionadas con el área de vialidad y de vez en cuando como Encargada de Gestión Integrada en Obras.

¿Qué te motivó estudiar ingeniería? ¿Tenías algún referente?
Ninguno. Mis padres son Profesores de Biología, mi hermana Carolina es profesora de Historia y mi otra hermana, Natalia, hizo un Magíster en Ingeniería Ambiental. O sea, de matemáticas y física había re poco en la casa. Incluso en el colegio, las ciencias básicas no eran mi fuerte. Me gustaba el español y la química (risas). Hice Plan Común dos veces porque no supe estudiar. En la segunda oportunidad, “me quemé las pestañas” y pude postular a Ingeniería Civil, aunque mi primera opción durante el año siempre fue Ingeniería Civil Química. Como te contaba, pasé por Arquitectura y no fui capaz de crear casas en el aire o imaginarme cosas abstractas. Lo mío casi siempre ha sido lo práctico, lo tangible, lo lógico. Entonces por ahí decidí estudiar esta carrera que afortunadamente me ha abierto puertas para desarrollarme en áreas afines.

¿Cómo fue la experiencia de estudiar en esta facultad? ¿Tienes alguna anécdota?
Lo pasé súper bien. Las recepciones mechonas eran de otro mundo, cuando se entraba a plan común se hacían paseos masivos muy muy entretenidos.

Dentro de la historia de mi paso por la Facultad, tuve a mi hija el año 2003. Gracias a todo el apoyo de mi familia, pude seguir estudiando. Fui Presidenta del Centro de Alumnos de la carrera durante dos años consecutivos. Participé en los primeros equipos de fútbol de la Universidad, cuando aún nos negaban las canchas y un entrenador, “porque no había recursos para las mujeres”.

El año 2005 fue la “revolución pingüina” y la primera vez que Ingeniería participó de un paro en la Universidad. Ahí estuve metida haciendo asambleas, yendo a colegios, a pesar de que jamás en mi vida había hecho algo así. Yo participaba del Centro de Alumnos para hacer asados, nunca pensé que iba a tener que hacer algo de política y finalmente me criticaron harto.

Las semanas de la carrera eran geniales. Había que rogar a las mujeres de cada curso que se pararan en la cancha para poder armar un equipo de 4 ó 5 mujeres, jaja. En eso me paseé por varios cursos y conocí a mucha gente. Mantengo amistades muy fuertes hasta hoy con algunos de mis excompañeros. Los profesores también participaban de nuestras actividades, muchos de ellos muy cordiales y que a la fecha es un agrado encontrarse con ellos.

El Mecánico reunía a muchas carreras de la Facultad, por lo que finalmente pasabas saludando a un montón de personas cada vez. Lo entretenido es que ahora, aunque hayan pasado hartos años, te encuentras con alguno de esos estudiantes, sea cual sea su carrera, y de alguna forma lo reconoces como Ingeniero UdeC.

Actualmente, soy socia de la Fundación de Exalumnos de Ingeniería Civil. No puedo pecar de patuda, porque reconozco que no es mucho mi aporte, pero nos hemos reunido en dos ocasiones desde hace dos años con el fin de generar/retomar lazos entre nosotros. Tenemos algo en común y es, por un lado, nuestra Alma Mater y ser colegas de profesión, aunque nos dediquemos a cosas distintas.

¿Cómo ha sido tu experiencia laboral siendo ingeniera? ¿Cómo te has sentido?
En general, no es difícil aplicar los conocimientos que uno maneja. El problema es cuando te toca hacer cosas que desconoces, que fue lo que me pasó durante mi proceso de “adaptación” al rubro de la construcción. Tuve que aprender conceptos nuevos y llevar a la práctica toda la teoría aprendida. Porque en construcción no sirve sólo saberse las fórmulas o ser capo en diseño.

Creo que sería egoísta de mi parte decir que me ha costado hacerme un espacio, pero sí he podido observar las diferencias salariales o en el trato entre hombres y mujeres. En general, he tenido buena suerte.

Siento que más allá del rubro en que me desempeñe, haber estudiado ingeniería en la UdeC me entregó varias herramientas que me han servido y me servirán para desarrollarme tanto en éste como en otros rubros, incluso como emprendedora.

¿Te parece relevante que más mujeres ingresen a estudiar ingeniería?
Más allá de que me gustaría o no que más mujeres estudiaran Ingeniería, creo que cada uno debe elegir la carrera que le sea más afín. Yo elegí esta carrera casi por casualidad y si bien, me gusta lo que hago, siempre estoy buscando otros rubros en qué desarrollarme. Lo que más me han reforzado profesionales de la vieja escuela es que lo que destacan de las mujeres dedicadas a la ingeniería es el manejo y orden de la información, el compromiso en el desarrollo de tareas y la capacidad de fijarse en los detalles.

Creo que ya ha pasado harto tiempo desde que se decía que esta era una carrera para hombres y muchas de nosotras ya lo hemos demostrado. Incluso creo que debería cambiarse el título en el diploma y permitirnos definir si queremos ser llamadas Ingenieras y no Ingenieros.

¿Algún mensaje a las futuras ingenieras?
Sé perseverante. No importa cuántas veces te caigas, no importa si no fuiste la mejor alumna de tu curso, siempre destacarás por haber estudiado en la Facultad de Ingeniería de la UdeC. El sólo hecho de haber pasado por sus aulas, tiene un plus.